CINE
ROMÁNTICO
El cine
romántico es un género cinematográfico que se caracteriza por retratar
argumentos construidos de eventos y personajes relacionados con la expresión
del amor y las relaciones románticas.
“Antes del
atardecer” (Richard
Linklater, 2004): Nueve años atrás, Jesse (Ethan Hawke) y
Celine (Julie Delpy),
esa pareja de intrépidos enamorados con nombres de bandoleros, se despidieron
en el andén de una estación vienesa en “Antes de amanecer” (1995). Con motivo
de la presentación de la novela de Jesse en la mítica librería parisina
Shakespeare&Co., Celine se acerca a saludar… y el reencuentro es menos de
hora y media de largos planos, eternas conversaciones y un final que se
propulsa hacia otro infinito de posibilidades. O hacia otros nueve años, que se
cumplen este verano y podrían rematarse con una tercera entrega que Linklater,
Hawke y Delpy, todos ellos coautores de los guiones, habrían apalabrado hace
tiempo. Aunque no sería necesario, pues el final de cada una de las mitades de
este díptico funciona por sí solo y sugiere lo mejor de las películas
románticas: la sonrisa a medias satisfecha, a medias agria, de quien ha vivido
unas horas extraordinarias que dudosamente volverán a repetirse.


“El
curioso caso de Benjamin Button” (David
Fincher, 2008): Cuando Francis Scott Fitzgerald acometió el tema de la
regresión del crecimiento biológico en su cuento “El curioso caso de Benjamin
Button” (1921), con el que la película apenas guarda algo más en común que su
punto de partida, no estaba pensando en la deificación del romance. Sus
páginas, teñidas como siempre de fatalismo, personajes caprichosos y decisiones
erradas, no elevan al cielo la historia de amor de Benjamin (Brad Pitt) y Daisy (Cate Blanchett).
Fincher, como buen conocedor de los mecanismos que han ido alimentando el cine,
y generoso como siempre a la hora de buscar lo mejor para sus películas en
lugar de imponer una marca personal y uniforme, compuso lo opuesto a
Fitzgerald. La epopeya romántica definitiva, envuelta por guerras, travesías,
encontronazos fortuitos y provocados, tragedias, accidentes fatales, muertes,
nacimientos, separaciones y aprendizajes derivados de importantes secundarios.
Los dos protagonistas, condenados a que sus edades coincidan en un único año,
guiaban la estructura de una película contenedora de otras muchas, y que como
las mejores terminaba hablando de todo al mismo tiempo para resumir las
simplezas de una vida que, se recorra en un sentido u otro, siempre se
marchita.

