jueves, 16 de enero de 2014

CINE ROMÁNTICO
El cine romántico es un género cinematográfico que se caracteriza por retratar argumentos construidos de eventos y personajes relacionados con la expresión del amor y las relaciones románticas.

“Antes del atardecer” (Richard Linklater, 2004): Nueve años atrás, Jesse (Ethan Hawke) y Celine (Julie Delpy), esa pareja de intrépidos enamorados con nombres de bandoleros, se despidieron en el andén de una estación vienesa en “Antes de amanecer” (1995). Con motivo de la presentación de la novela de Jesse en la mítica librería parisina Shakespeare&Co., Celine se acerca a saludar… y el reencuentro es menos de hora y media de largos planos, eternas conversaciones y un final que se propulsa hacia otro infinito de posibilidades. O hacia otros nueve años, que se cumplen este verano y podrían rematarse con una tercera entrega que Linklater, Hawke y Delpy, todos ellos coautores de los guiones, habrían apalabrado hace tiempo. Aunque no sería necesario, pues el final de cada una de las mitades de este díptico funciona por sí solo y sugiere lo mejor de las películas románticas: la sonrisa a medias satisfecha, a medias agria, de quien ha vivido unas horas extraordinarias que dudosamente volverán a repetirse.

“El curioso caso de Benjamin Button” (David Fincher, 2008): Cuando Francis Scott Fitzgerald acometió el tema de la regresión del crecimiento biológico en su cuento “El curioso caso de Benjamin Button” (1921), con el que la película apenas guarda algo más en común que su punto de partida, no estaba pensando en la deificación del romance. Sus páginas, teñidas como siempre de fatalismo, personajes caprichosos y decisiones erradas, no elevan al cielo la historia de amor de Benjamin (Brad Pitt) y Daisy (Cate Blanchett). Fincher, como buen conocedor de los mecanismos que han ido alimentando el cine, y generoso como siempre a la hora de buscar lo mejor para sus películas en lugar de imponer una marca personal y uniforme, compuso lo opuesto a Fitzgerald. La epopeya romántica definitiva, envuelta por guerras, travesías, encontronazos fortuitos y provocados, tragedias, accidentes fatales, muertes, nacimientos, separaciones y aprendizajes derivados de importantes secundarios. Los dos protagonistas, condenados a que sus edades coincidan en un único año, guiaban la estructura de una película contenedora de otras muchas, y que como las mejores terminaba hablando de todo al mismo tiempo para resumir las simplezas de una vida que, se recorra en un sentido u otro, siempre se marchita.





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